Incluye bibliografías al terminar cada capítulo

Globalización, armonización y política criminal ; Política criminal y estado de derecho en las sociedades contemporáneas ; Los principios constitucionales del derecho penal económico ; La armonización y la unificación como instrumento de global governance ; Concepto y método del derecho penal económico ; Fundamentos de la responsabilidad penal empresarial individual ; Problemas de imputación objetiva en el derecho penal económico y empresarial ; Autoría y participación en la empresa ; Posibilidades de aplicación de la autoría mediata con aparatos organizados de poder en la empresa ; La responsabilidad penal de los administradores y representantes de la empresa por delitos especiales ; Fundamento de la responsabilidad en comisión por omisión de los directivos de la empresa ; Autorregulación y responsabilidad empresarial colectiva ; La incidencia de la autorregulación en el debate legislativo y doctrinal actual sobre la responsabilidad penal de las personas jurídicas ; Liberalismo versus neocorporativismo: los discursos de la autorregulación como discursos legitimantes

En el proceso de globalización, de mundialización del capital, de unificación económica, de levantamiento de fronteras con libertad de movimiento tanto de personas como de bienes, es posible observar un aumento del poder criminal a favor de los grandes grupos organizados, concebidos como "empresas del crimen". Estas empresas desarrollan actividades delictivas que generan importantes ingresos económicos, y se aprovechan de esas "zonas libres" y de las deficiencias político-jurídicas, como la existencia de lagunas y contradicciones normativas, políticas criminales inadecuadas o ineficaces, inexistencia de normativa común en materia penal, etc., para corromper las instituciones de gobiernos de países en desarrollo o subdesarrollados, subvirtiéndolos y perturbando, además, el comercio internacional legítimo. Esta evolución del delito parece lógica, pues si el contexto social tiende a la globalizacion, no es de extrañar que el delito evolucione, al ser un fenómeno social más, manifestando esa misma orientación. La componente internacional del crimen aparece de esta forma como el rasgo más relevante, y esto obligará a la criminología y a la política criminal a replantearse muchas de sus explicaciones, estudiando el delito no como un conflicto local, sino como un complejo problema que afecta a todos los países, abarcando el sistema jurídico penal y policial, el sistema financiero y su reglamentación, y la cooperación internacional. Al mismo tiempo, las empresas y los grupos económicos se revisten de formas jurídicas proclives a la corrupción y la intervención en circuitos ilícitos. Esta realidad plantea problemas fundamentales como la imputación de responsabilidad en el seno de una empresa, o en las organizaciones criminales