La Araucana Alonso de Ercilla

Por: Ercilla y Zúñiga, Alonso de, 1533-1594Tipo de material: TextoTextoIdioma: Español Series Biblioteca sopena ; 87-1Detalles de publicación: Barcelona (España) Ramón Sopena 1972Edición: 1a edDescripción: 554 p. 18 cmTema(s): Poesía épica española | Literatura española | Españoles en Chile -- PoesíasClasificación CDD: 861 Revisión: Alonso de Ercilla y Zúñiga (Madrid, 7 de agosto de 1533 - 29 de noviembre de 1594). Poeta español autor de “La Araucana” y soldado del ejército real de EspañaRevisión: En 1556 llega al Perú y acompaña a García Hurtado de Mendoza, el recién nombrado Gobernador y capitán general de Chile, donde se habían sublevado los araucanos. Estuvo en Chile diecisiete meses, entre 1557-1559 y conoció a don Francisco Pérez de Valenzuela. Participó en las batallas de Lagunillas, Quiapo y Millarapue, siendo testigo de la muerte de Caupolicán, protagonista de su poema: La Araucana, poema épico de exaltación militar en 37 cantos, donde narra los hechos más significativos de la guerra de Arauco contra los araucanos (mapuches) y que empezó a escribir en campaña. En marzo de 1558 don García fundó la ciudad de Osorno y cuando se realizaba una fiesta en la nueva ciudad en la que participaban todos sus vecinos salió ese día don García por una puerta falsa de su casa cubriendo el rostro con un casco de visera cerrado acompañado de Alonso de Ercilla y Pedro Olmos de Aguilera, cuando de improviso se incorporó Juan de Pineda, quien estaba enemistado con Alonso de Ercilla por rencillas anteriores y en un momento dado ambos sacaron espadas produciéndose un confuso incidente. Don García se percató de la situación y arremetió con el más exaltado que era Alonso de Ercilla y lo derribó con un golpe de maza. Malherido Alonso de Ercilla corrió a una iglesia y buscó asilo. El gobernador mandó a encarcelarlos y degollar a ambos contendientes al día siguiente. La vecindad y muchas personas influyentes considerando injusta la condena trataron de persuadir a don García Hurtado y Mendoza pero los preparativos para la ejecución prosiguieron y la esperanza de salvarlos estaba perdida. Entonces dos mujeres, una española y otra india se acercaron a la casa de don García y se introdujeron por la ventana y por medio de súplicas lograron conmover el duro corazón del gobernador quien perdonó la vida a los sentenciados. Alonso de Ercilla siguió preso tres meses más y luego fue desterrado al Perú. Escribiría don Alonso en su épico poema La Araucana respecto de este serio incidente: “Ni digo cómo al fin por accidente del mozo capitán acelerado fui sacado injustamente a la plaza a ser públicamente degollado; ni la larga prisión impertinente donde estuve tan sin culpa molestado ni mil otras miserias de otra suerte, de comportar más grave que la muerte”
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Alonso de Ercilla y Zúñiga (Madrid, 7 de agosto de 1533 - 29 de noviembre de 1594). Poeta español autor de “La Araucana” y soldado del ejército real de España

En 1556 llega al Perú y acompaña a García Hurtado de Mendoza, el recién nombrado Gobernador y capitán general de Chile, donde se habían sublevado los araucanos. Estuvo en Chile diecisiete meses, entre 1557-1559 y conoció a don Francisco Pérez de Valenzuela. Participó en las batallas de Lagunillas, Quiapo y Millarapue, siendo testigo de la muerte de Caupolicán, protagonista de su poema: La Araucana, poema épico de exaltación militar en 37 cantos, donde narra los hechos más significativos de la guerra de Arauco contra los araucanos (mapuches) y que empezó a escribir en campaña. En marzo de 1558 don García fundó la ciudad de Osorno y cuando se realizaba una fiesta en la nueva ciudad en la que participaban todos sus vecinos salió ese día don García por una puerta falsa de su casa cubriendo el rostro con un casco de visera cerrado acompañado de Alonso de Ercilla y Pedro Olmos de Aguilera, cuando de improviso se incorporó Juan de Pineda, quien estaba enemistado con Alonso de Ercilla por rencillas anteriores y en un momento dado ambos sacaron espadas produciéndose un confuso incidente. Don García se percató de la situación y arremetió con el más exaltado que era Alonso de Ercilla y lo derribó con un golpe de maza. Malherido Alonso de Ercilla corrió a una iglesia y buscó asilo. El gobernador mandó a encarcelarlos y degollar a ambos contendientes al día siguiente. La vecindad y muchas personas influyentes considerando injusta la condena trataron de persuadir a don García Hurtado y Mendoza pero los preparativos para la ejecución prosiguieron y la esperanza de salvarlos estaba perdida. Entonces dos mujeres, una española y otra india se acercaron a la casa de don García y se introdujeron por la ventana y por medio de súplicas lograron conmover el duro corazón del gobernador quien perdonó la vida a los sentenciados. Alonso de Ercilla siguió preso tres meses más y luego fue desterrado al Perú. Escribiría don Alonso en su épico poema La Araucana respecto de este serio incidente: “Ni digo cómo al fin por accidente del mozo capitán acelerado fui sacado injustamente a la plaza a ser públicamente degollado; ni la larga prisión impertinente donde estuve tan sin culpa molestado ni mil otras miserias de otra suerte, de comportar más grave que la muerte”

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