TY - BOOK AU - Pomeranz,Kenneth TI - The great divergence: China, Europe, and the making of the modern world economy SN - 0691090106 U1 - 338.91 21 PY - 2000/// CY - Princeton, New Jersey, Oxford, UK PB - Princeton University Press KW - Economía internacional KW - LEMB KW - Desarrollo económico KW - Historia KW - Sistemas económicos comparados KW - Europa KW - Condiciones económicas KW - Siglos XVIII-XIX KW - China KW - 1644-1912 N1 - Incluye referencias bibliográficas (p. [339]-371) e índice; -- Part one: A world of surprising resemblaces -- Part two: From new ethos to new economy? consumption, investment and capitalism -- Part three: Beyond Smith and Malthus: from ecological constraints to sustained industrial growth N2 - The Great Divergence brings new insight to one of the classic questions of history: Why did sustained industrial growth begin in Northwest Europe, despite surprising similarities between advanced areas of Europe and East Asia? As Ken Pomeranz shows, as recently as 1750, parallels between these two parts of the world were very high in life expectancy, consumption, product and factor markets, and the strategies of households. Perhaps most surprisingly, Pomeranz demonstrates that the Chinese and Japanese cores were no worse off ecologically than Western Europe. Core areas throughout the eighteenth-century Old World faced comparable local shortages of land-intensive products, shortages that were only partly resolved by trade. Pomeranz argues that Europe's nineteenth-century divergence from the Old World owes much to the fortunate location of coal, which substituted for timber. This made Europe's failure to use its land intensively much less of a problem, while allowing growth in energy-intensive industries. Another crucial difference that he notes has to do with trade. Fortuitous global conjunctures made the Americas a greater source of needed primary products for Europe than any Asian periphery. This allowed Northwest Europe to grow dramatically in population, specialize further in manufactures, and remove labor from the land, using increased imports rather than maximizing yields. Together, coal and the New World allowed Europe to grow along resource-intensive, labor-saving paths; La Gran Divergencia aporta una nueva perspectiva a una de las preguntas clásicas de la historia: ¿Por qué comenzó el crecimiento industrial sostenido en el noroeste de Europa, a pesar de las sorprendentes similitudes entre las áreas avanzadas de Europa y Asia Oriental? Como muestra Ken Pomeranz, recientemente, en 1750, los paralelismos entre estas dos partes del mundo eran muy altos en cuanto a la esperanza de vida, el consumo, los mercados de productos y factores, y las estrategias de los hogares. Quizás lo más sorprendente es que Pomeranz demuestra que los núcleos chino y japonés no estaban peor ecológicamente que Europa occidental. Las áreas centrales a lo largo del Viejo Mundo del siglo dieciocho enfrentaron escasez local comparable de productos intensivos en tierra, escasez que solo fue parcialmente resuelta por el comercio. Pomeranz argumenta que la divergencia de Europa del siglo XIX del Viejo Mundo se debe en gran medida a la ubicación afortunada del carbón, que sustituyó a la madera. Esto hizo que el hecho de que Europa no utilizara sus tierras de manera intensiva fuera un problema mucho menor, al tiempo que permitía el crecimiento en industrias intensivas en energía. Otra diferencia crucial que señala tiene que ver con el comercio. Las coyunturas globales fortuitas hicieron de las Américas una fuente mayor de productos primarios necesarios para Europa que cualquier periferia asiática. Esto permitió que el noroeste de Europa creciera dramáticamente en población, se especializara más en manufacturas y eliminara la mano de obra de la tierra, utilizando mayores importaciones en lugar de maximizar los rendimientos. Juntos, el carbón y el Nuevo Mundo permitieron que Europa creciera a lo largo de caminos que requieren muchos recursos y trabajo ER -