El Elbphilarmonie Hamburg en Alemania descansa sobre un viejo almacén portuario de ladrillo, el cuerpo de silueta expresionista y piel cristalina iriscidente esconde en su interior un gran auditorio aterrazado. Situado en lo alto del Kaispeicher, y abierta a las magníficas vistas sobre el Río Elba, la plaza funciona como una charnela entre los dos elementos principales del edificio: el antiguo almacén y la nueva sala de conciertos, con una capacidad de 2.100 personas y que ocupa el centro del edificio, una serie de escaleras y descansillos dan acceso a los distintos niveles del graderío, creando ámbitos de encuentros con sugerentes transparencias espaciales. El diseño responde a criterios acústicos y el de acercar a los músicos a los oyentes, sus acabados texturizados tienen el objeto de mejorar la reflexión del sonido.