Hijo y nieto de fabricantes de seda de Lyon, Guy Delorme eligió el servicio público aunque su entorno familiar no lo predisponía a ello: “...la formación recibida de los jesuitas, el azar y un poco de suerte intervienen sin duda en esta orientación” Guy Delorme El mismo responde a un amigo que le pregunta “¿por qué la Inspección Financiera? »

La casualidad que le presentó en 1952 un pequeño folleto sobre las oposiciones a la Escuela Nacional de Administración, mientras cursaba estudios de Derecho y Letras en la Facultad de Lyon. La suerte que le hace sacar “buenas materias” en el examen de salida y obtener una clasificación que le permite elegir la Inspección. Pero la suerte y el azar revelan en realidad una sólida vocación de servicio público a la que Guy Delorme dedicará su carrera con pasión y entusiasmo. Es la historia de este viaje la que publica hoy el Comité de Historia Económica y Financiera; un curso centrado en gran medida en cuestiones fiscales.

Desde la modernización de la gestión de las contribuciones indirectas hasta la aplicación de las numerosas reformas fiscales de los años sesenta junto a Valéry Giscard d'Estaing, el lector se adentrará fácilmente, gracias a la claridad de la historia, en ámbitos importantes para la vida cotidiana de los franceses: la fiscalidad inmobiliaria y la modernización de los litigios fiscales en 1963, la reforma del impuesto de sociedades y la creación del crédito fiscal en 1965, la generalización del IVA en 1966... ​​​​En su prefacio, Valéry Giscard d'Estaing recuerda “...estos años de intenso trabajo. Éramos conscientes de que íbamos en la dirección correcta y si Guy Delorme, y con él, todo el personal de la Dirección General de Impuestos, trabajó tan bien es porque se sintieron llevados por la convicción de que teníamos que seguir adelante. a pesar de las dificultades”.