I. Encender la llama. ; En búsqueda de la llama. ; Reinos de belleza y bienaventuranza. ; La chispa divina. -- II. Mantener la llama. ; Mantener la llama encendida con gran brillo. ; Alimentación vegetariana. ; Servicio desinteresado. ; Elevación espiritual. -- III. La llama eterna. ; Receptividad. ; Una pasión predominante. ; Llevar una vida de amor. ; Gratitud hacia el Dador. ; Compromiso con el crecimiento espiritual.

Hay una chispa divina oculta en cada uno de nosotros. La buscamos en los confines de los cuásares más distantes, y en el átomo dentro de los quarks más pequeños. Sin embargo, sus misterios yacen enterrados en nosotros esperando a ser descubiertos. Este libro, La Chispa Divina, describe el viaje que se emprende para experimentar lo divino. No es un regalo reservado para unos cuantos, sino que está a disposición de todos. Tenemos que mirar en nuestro interior para disfrutar del sol eterno. Por medio de la meditación podemos ver y escuchar la corriente de la luz y del sonido dentro de nosotros. Concentrarnos en esta corriente nos lleva a experimentar las regiones espirituales a conciencia. La técnica de la meditación puede ser practicada por personas de todas las fes, países y culturas. No requiere ninguna posición o postura difícil. Nos sentamos cómodamente en el silencio de nuestra alma y observamos internamente para disfrutar las maravillas de los panoramas luminosos internos. De la misma manera que un rayo de luz nos conduce de regreso al sol, el camino interno nos lleva a la fuente de la corriente de luz y de sonido, la morada de la divinidad. Por medio de la meditación, podemos fundirnos en esa fuente y sentir una conciencia infinita, una paz eterna y una felicidad interminable. Este libro brinda un modelo sencillo que podemos seguir para nuestro despertar espiritual. Así como para calentarnos encendemos una hoguera, debemos encender dentro de nosotros el fuego espiritual. Una vez que esa chispa se enciende, tenemos que cuidarla para que permanezca encendida. Al tiempo que nos ilumina por dentro, irradiamos nuestra luz eterna con tal brillo que se propague entre todos los que conocemos, inundando al mundo entero con la Luz Divina, bañandolo de amor, paz y bienaventuranza eternos.