En carátula : Personalísima guia de lectura.

Aguirre o la amabilidad de Dios ; A favor de la filosofía ; ¡Al diablo con la ciencia! ; Al servicio de la revolución ; Dos abalgan juntos ; Carta a Albert Camus ; Almanaques ; Antibárbaros ; Aprendiendo del enemigo ; Baby Business ; Las arenas de Marte ; Elogio (cauteloso) del bestseller ; Breve encuentro ; Claudio Magris ; Conquistar la inmortalidad ; De profundis ; Desconsolado éxtasis ; Diminuendo ; Educación y tolerancia ; La educación irremediable ; La educación liberal ; El extraño caso del señor Schopenhauer ; Sobre El filósofo ignorante de Voltaire ; El folletinista prodigioso ; El juglar de la Alegre Inglaterra ; El verano de Spinoza ; Guillermo solo ; La brujería adolescente ; La jubilación del niño mago ; La ironía escéptica de Odo Marquard ; Los hijos de Poe ; Los sabuesos olvidados ; Los tentáculos de la modernidad ; Mi Paz os doy ; Íntima, política e irónica ; Tres brujas y un ratón ; Un alma ondulante ; Un filósofo expatriado ; Una voz única ;
El enigma Tintín ; El anhelo de aventura ; El amigo Montaigne ; El acero de la prosa ; Dos veces campeón.
Despedida.

Los cazadores exhiben orgullosos las mejores piezas que han conseguido; los viajeros enseñan fotografías de los lugares más hermosos que han visitado; Fernando Savater es un certero cazador de grandes escritores y un viajero incansable a través de los libros. En las páginas de esta obra da cuenta de algunas de sus mejores conquistas en la jungla de las bibliotecas: Edgar Allan Poe, Albert Camus, Erasmo, Voltaire, Schopenhauer, Dick Francis, los maestros de la novela policiaca y de la ciencia ficción. Aunque también habla de la educación que nos ayuda a vivir y de la experiencia vital que nos va educando.

«La música de las letras contagia entusiasmo lector, sabe concertar citas amorosas entre sus lectores y los libros que recomienda. Gracias a sus oficios como celestina, algunos descubrimos a Cioran, Rosset o Santayana. Seguiremos atentos a las recomendaciones de nuestro volteriano de guardia, lector puro y sólo escritor por necesidad.»