Silenciar la democracia las masacres de Remedios y Segovia 1982-1997 Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación; coordinador Gonzalo Sánchez; relatores de la investigación Vladimir Melo Moreno, Ronald Villamil Carvajal; correlatores Tatiana Rincón, Andrés Suárez
Tipo de material: TextoIdioma: Español Series Centro Nacional de Memoría Histórica. PensamientoDetalles de publicación: Bogotá Centro Nacional de Memoría Histórica Fundación Semana Taurus 2010Edición: 1a ediciónDescripción: 352 páginas, [8] páginas de Láminas 23 cmISBN:- 9789587583465
- 364.135 C654s 21
Tipo de ítem | Biblioteca actual | Colección | Signatura topográfica | Copia número | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Libro Colección General | Central Bogotá Sala General | Colección General | 364.135 C654s (Navegar estantería(Abre debajo)) | 1 | Disponible | 0000000137715 |
Incluye bibliografías e índice
Capítulo 1. Las masacres de remedios y Segovia, 1982-1997 ; capítulo 2. Democracia, ideología y guerra ; capítulo 3. Los impactos y los daños ; capítulo 4. El camino de la justicia y la impunidad ; capítulo 5. Memoria y política en un contexto de guerra
Las masacres son un lugar común en la historia de los últimos años de los municipios de Segovia y Remedios, en el nordeste antioqueño. Hablar de masacre es tomado por sus habitantes con tanta naturalidad como hablar de minería o del mal estado de las carreteras. Parece tan natural como una cicatriz a la que prefieren no ver pero que saben que les pertenece. Durante el periodo 1982-1997 ocurrieron 14 eventos de este tipo que dejaron 147 víctimas fatales. Uno de ellos, el de Segovia, del 11 de noviembre de 1988, se constituyó en la primera gran masacre de la historia del conflicto armado contemporáneo cometida en un casco urbano. Esta, junto con otros tres episodios reconstruidos en este informe, se convierten en hitos de la violencia contra las disidencias políticas, debido a sus objetivos, la identidad de los que murieron y la de los territorios atacados. Gran parte de las víctimas pertenecían a las disidencias políticas del momento, en especial, miembros de la Unión Patriótica asesinados con sevicia por redes criminales articuladas por miembros activos de la Fuerza Pública (Ejército y Policía), en asociación con civiles y grupos paramilitares.
Pero además de los tristes recuerdos que acompañan a los habitantes de esta zona de Antioquia, el daño también se ve reflejado en el colapso de las relaciones comunitarias y el miedo de la gente para pronunciarse de una manera diferente. Esto sin contar con el precario desempeño de la justicia. La impunidad es un factor compartido por casi todas las masacres. La justicia penal militar, por ejemplo, no profirió fallo alguno por la actuación de miembros de la Fuerza Pública (acción u omisión) en ninguna de las cuatro masacres detalladas en este informe. Pero tan lamentable como el balance judicial es la reparación de las víctimas. Parece que el tiempo se hubiera detenido a principios de los noventa, pues el nordeste antioqueño sigue siendo una zona oscura y en el olvido por parte del Estado. La supervivencia de las víctimas es precaria y siguen a la espera de que la sociedad ponga los reflectores sobre ellas