1. Un incendio en el cerro ; 2. El ruido y la furia ; 3. El venado rojo que corre por los cerros ; 4. Monologo de la cocina ; 5. Donde los arboles huelen a libro viejo.

Hay ciudades que pueden presumir de su pasado histórico, como Atenas o Roma. Hay otras ciudades que, por su encanto, se convirtieron en cita obligada en la literatura, como París, Londres o Estambul. Incluso la pintura francesa registrada profusamente las calles y cafés de ese París, Londres o Estambul. Incluso la pintura francesa registra profusamente las calles y cafés de ese Paris que, según Walter Benjamín, se convirtió en la capital del siglo XIX. También tenemos el Boston Eliot, el Buenos Aires de Borges, La Habana de Lezama Lima y la Bogotá de José Antonio Osorio Lizarazo. Y ¿Nueva York? Esa Nueva York cantada por Sinatra, bebida por bukowki, mitificada por Paul Auster y registrada en todo su esplendor en la pintura de Basquiat y en aullido estético de Andy Warhol.
Cúcuta también tiene un espacio en la literatura: Hasta el sol de los venados, de Carlos perezzo; Malena , de Miguel Méndez Camacho, y los hombres no van juntos al cine, de Manuel Valdivieso, son obras que desde la narrativa dibujan una ciudad en permanente transformación.