En el desierto de Sonora se ha construido una casa que su propósito es pasar desapercibida, con una altura de 3 metros, no supera los cactus del entorno, la casa la componen tres piezas articuladas entre sí, (sala de estar, habitaciones, estudio de grabación) con sus muros rojizos se camuflan con eficacia entre los tonos ocres y verdosos que forman la paleta cromática del lugar.