Los muertos. -- La voz del dormido. -- La vida sexual. -- La materia del tiempo. -- Correo. -- Vuelta de correo. -- La casa ausente. -- La biblioteca. -- Las viejas fotografías. -- Visita del pasado. -- En viaje. -- Servicio fúnebre. -- La bruja. -- Revoluciones y fugas. -- La voluntad. --Familias. -- Imágenes sin sonido. -- Llegada. -- La escena del balcón interrumpida. -- Cartas de amor.-- El ejecutado. -- Los nietos. -- La investigación. -- Preliminares. -- Interrogatorio. -- Nochebuena. -- Nocturno. -- Nos vamos todos. -- La vida externa. -- El marido. -- A Buenos Aires. -- Encuentros. -- Por la vuelta. -- El escritor secreto. -- Con flores a Cecilia.-- La griega. -- El anatomista. -- La voz del despierto.

Después de desaparecer se puede volver a empezar, o se debe, dependiendo de quien maneje los hilos de la trama. de quien nos sorprenda con un argumento lleno de diálogos irrepetibles, sabios y certeros como una daga mortal. En las narraciones de Horacio Vázquez, siempre hay alguien que vuelve a empezar. A pesar de haberlas pasado negras, muy negras, sale adelante a través de la búsqueda de la verdad, lo único que le hace libre. La misma senda que lleva al ayer, lleva al mañana; y el pasado compartido funda nuevas construcciones, en una casa de Palermo, en una carretera haciéndose compañía, ayudando a enterrar a los muertos y alentando los sueños que El camino del norte le va deparando a medida que transcurre ese viaje que todos acabaremos realizando, ya que, en definitiva, se trata del camino de la vida.