Se dice que no hay proceso sin pretensión y en caso de una sentencia condenatoria, ésta debe guardar concordancia, coherencia, congruencia con la pretensión. Podría decirse que este principio opera para todas las ramas del derecho procesal, con especial excepción en materia laboral. Con la congruencia, se pretende salvaguardar el derecho de defensa, se pone límite a la arbitrariedad, se limita las facultades de quienes administran justicia, se erige como parámetro de racionalidad de las decisiones y marco dentro del cual ha de desarrollarse el proceso y se avizora la decisión en caso de ser condenatoria