El melancólico y el creyente Francisco Pereña
Tipo de material:
- 9788499589497
- 150.195 P373m 23
Tipo de ítem | Biblioteca actual | Colección | Signatura topográfica | Copia número | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Libro Colección General | Central Bogotá Sala General | Colección General | 150.195 P373m (Navegar estantería(Abre debajo)) | 1 | Prestado | 18/02/2025 | 0000000125391 |
Incluye bibliografía
1. El malestar epistémico de nuestra práctica y la psicopatología ; 2. La locura como cuestionamiento o la representación de la locura ; 3. El loco entre el reconocimiento y el anonimato ; 4. Locura y creencia ; 5. Gracchis el cazador, una aproximación a la melancolía ; 6. Melancolía y depresión ; 7. El psicótico y lo absoluto ; 8. Vacío pulsional y demanda inconsciente ; 9. Melancolía y voluntad de vivir: a propósito de Schopenhauer ; 10. Culpa melancólica y cuidado de sí
El melancólico padece de incredulidad. No es una mera actitud mental. Es el modo de vivir la pulsión, de sentir la alteración de la vida. Se debe a su dificultad de dar a esa alteración el estatuto de demanda inconsciente. Vive pues la pura alteración como abismo que le separa de manera irreversible de los demás. Toda modalidad de psicosis viene de la soledad de ese abismo. El creyente da a la alteración de origen el estatuto de demanda. Esa demanda se consolida como creencia, para lo cual se hace necesaria la complicidad. Para que una creencia adquiera consistencia colectiva ha de convertirse en doctrina institucional. Para que un grupo se consolide como comunidad de creyentes necesita la beligerancia que le dé a la creencia el carácter de verdad. Ahí comienza la impostura. El creyente puede aprender del melancólico que sólo queda un espacio ético para no coincidir por entero con la impostura: la distancia íntima entre el sujeto y sus máscaras