Vigilar y castigar nacimiento de la prisión Michel Foucault ; traducción de Aurelio Garzón del Camino
Tipo de material: TextoIdioma: Español Lenguaje original: Francés Series Biblioteca Clásica de Siglo VeintiunoDetalles de publicación: Madrid Biblioteca Nueva 2012Edición: 1a ed edición revisada y corregidaDescripción: 359 p., [24] p. il. 23 cmISBN:- 9788415555018
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Libro Colección General | Educación Bogotá Sala General | Colección General | 365.7 F682v1 (Navegar estantería(Abre debajo)) | 1 | Disponible | 0000000133066 |
I. Suplicio ; II. Castigo ; III. Disciplina ; IV. Prisión
Quizás hoy provoquen vergüenza nuestras prisiones. El siglo XIX se sentía orgulloso de las fortalezas que construía en los límites de las ciudades y, a veces, en el corazón de éstas. Se complacía en esa nueva benignidad que reemplazaba los patíbulos. Se maravillaba de no castigar ya los cuerpos y de saber corregir en adelante las almas. Aquellos muros, aquellos cerrojos, aquellas celdas fi gurabanuna verdadera empresa de ortopedia social. Quienes robaban eran encarcelados, también aquellos que violaban o mataban. ¿De dónde proviene el curioso proyecto de encerrar para corregir, disciplinar, controlar, que traen consigo los códigos penales de la época moderna? ¿Es una herencia de las mazmorras medievales? Más bien, una tecnología novedosa: el desarrollo de un conjunto de procedimientos de coerción colectiva para dividir en zonas, medir, encauzar a los individuos y hacerlos a la vez dóciles y útiles. Vigilancia, ejercicios, maniobras,puntajes, rangos y lugares, clasifi caciones, exámenes, registros: una manera de someter los cuerpos, de dominar las multiplicidades humanas y de manipular sus fuerzas, que fue desplegándose en los hospitales, en el ejército, las escuelas y los talleres: la disciplina. El siglo XIX inventó, sin duda, las libertades, pero les dio un subsuelo profundo y sólido: la sociedad disciplinaria, de la que aún dependemos
Título original : Surveiller et punir