Tres edificios históricos situados en el casco de Roma se han transformado en un centro cultural que alberga salas expositivas, un restaurante y una residencia para artistas. Organizado en torno a un modesto patio interior, el edificio histórico contenía una colección de acabados con diferentes patrones y colores que se han respetado e incorporado a modo de collage en el proyecto de rehabilitación. Tratando el edificio como una especie objet trové cuyas leyes había que reinterpretar, el proyecto ha puesto en valor los materiales preexistentes, pero sin renunciar al uso de acabados tecnológicos, como el acero inoxidable