Rasgado por un atrio interior en torno al que se disponen las tiendas, el mercado reviste con piezas de hormigón cuyo patrón se inspira en el de los tejidos autóctonos. Formado por una serie de plataformas abiertas revestidas con una hermética envolvente que protege de la radiación solar, el edificio es una reinterpretación de los mercados al aire libre tradicionales de Etiopía. Las tiendas se disponen en torno a un singular atrio colocado en diagonal que conecta al acceso de la planta baja con el lucernario y define con su peto helicoidal blanco y dinámico el carácter del interior del edificio.