La crisis económica del 2008 se hizo sentir especialmente en el sector de la construcción, sector que había contribuido a la prosperidad del país y a los ciudadanos a través de la mejora en las viviendas. La caída en la actividad constructora genero una conciencia en todas las profesiones relacionadas con ella, y en la arquitectura de forma particular, como lo relaciona los congresos internacionales organizados en Pamplona de 2010 por la Fundación de arquitectura y Sociedad. Conscientes de la importancia de la construcción y el urbanismo en recursos no renovables, los arquitectos han procurado enfrentarse al desafío del cambio climático.