LLa Casa na Rua de São Mamede se ha conservado y restaurado. Sus de salas de estar que se abren a un gran jardín trasero, elevado sobre el Tajo y sobre los tejados de la ciudad, en el que las preexistencias (una escalera común y una añeja fuente) dialogan con el nuevo pabellón. Las paredes conservan los azúlelos, mientras que los suelos recuperan sus revestimientos de pedra de lioz, una caliza de color crema con vetas de tono grisáceo con una fuerte presencia en los edificios históricos portugueses.