En la antesala de la muerte, Simón Bolívar es apenas una sombra de su pasado. Y no tanto por su enfermedad, como por la pérdida de su influencia y de su poder, por el fracaso de sus ambiciones panamericanas, por los odios y los escarnios que lo arrinconan, por su soledad... Pero Todo llevará su nombre, con su dureza y el dolor de sus páginas, es en verdad una novela triunfal. Pues a través de las cartas del Libertador, de su testamento, de los recuerdos de quienes lo acompañan en sus postrimerías y de las impresiones de su último médico, Alejandro Próspero Reverend, resurge la figura imponente del gran general, del gran hombre y del gran estadista que fue Bolívar, cuyo amargo final, por fortuna, nada tuvo que ver con la justicia que le hizo la posteridad