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Económia básica Hernán Echavarría Olózaga

Por: Tipo de material: TextoTextoIdioma: Español Detalles de publicación: Bogotá CESA ICP 2013Edición: 2a. ediciónDescripción: 76 páginas ilustraciones 20 cmISBN:
  • 9789588722337
Tema(s): Clasificación CDD:
  • 330.1 E241e 21
Contenidos:
1. Las necesidades de las personas ; 2. Las herramientas ; 3. Los recursos naturales ; 4. La educación ; 5. La organización ; 6. El ahorro en herramientas ; 7. El ahorro en productos ; 8. La división del trabajo ; 9. El intercambio ; 10. La actividad empresarial ; 11. Los servicios ; 12. Productores y consumidores ;13. Sectores de la producción ; 14. El sistema de producción ;15. Los centros de producción ;16. El tamaño de las empresas ; 17. El crecimiento económico ; 18. El empleo ; 19. El crecimiento de las ciudades ; 20. El producto nacional ; 21. Bienes de producción y bienes de consumo ; 22. Bienes intermedios y bienes terminados ; 23. El reparto de lo producido ; 24. El mercado ; 25. Los suministros del mercado ; 26. La ley de la oferta y la demanda ; 27. Importancia de los precios ; 28. El control de los precios ; 29. Los precios de equilibrio ; 30. El estímulo a la producción ;31. Las contradicciones sociales ; 32. La defensa del consumidor ; 33. Las exportaciones ; 34. Las importaciones ; 35. Cómo se consigue el dinero ; 36. Quien crea el dinero ; 37. El Banco Central ; 38. El dinero bancario ; 39. Significado del sistema bancario ; 40. La inflación ; 41. La ordenación de la producción ; 42. El socialismo ; 43. El Estado benefactor ; 44. Los gastos de producción ; 45. Los gastos de los centros de producción ; 46. Utilidades de las empresas ; 47. La capitalización ; 48. Formación de la renta nacional ; 49. Dineros ahorrados ;50. Los gastos del Estado ; 51. Producción y consumo ; 52. El desarrollo
Revisión: Don Hernán Echavarria mantenía en vida una especial obsesión: cómo lograr mayores recursos para atender a las necesidades de nuestras gentes, no solo en alimentación, en vestido, en salud y en vivienda, sino también en servicios. En este libro trata sobre la historia de Robinson Crusoe, un pobre hombre que tuvo un naufragio en el mar y en un momento dado se encontró con la realidad de estar solo en una isla, lleno de necesidades personales insatisfechas. Por ejemplo, sintió hambre y necesitó buscar algo para comer, pero pronto entendió que buscar no era suficiente y que requería preveer cómo cultivar algunas cosas. Tuvo frío y fue necesario lograr abrigo, pero con el tiempo necesitó algo más cálido y se las ingenió para tejer una tela y protegerse igualmente de las lluvias y de las noches. Así, paso a paso atendió la urgencia de sus propias necesidades, organizó su rudimentario trabajo, improvisó algunas herramientas a fin de hacerlo de forma más eficiente, economizó en algunas cosas para lograr guardar existencias y poder disponer de tiempo para atender otros menesteres. Es decir, aprendió que las cosas no brotan de la nada, ni caen espontáneamente del cielo, sino que es preciso programar el trabajo en forma deliberada, al principio, como en su caso, un poco primitivo, para, al adquirir nuevas experiencias, lograr hacerlo en forma más eficiente y rápida. Eso mismo pasa con el desarrollo de la economía en general y con las empresas en particular. Nacen pequeñas y con el tiempo, con las economías que puedan hacer, con las utilidades y con las depreciaciones, crecen y se vuelven grandes negocios, que cada vez pueden producir más cosas y generar más empleo. Y esa producción mayor se destina a satisfacer las necesidades nuevas y crecientes de las personas o de los nuevos consumidores. Para mejorar el nivel de vida de un pueblo se requiere, pues, producir más y más cosas, más y más servicios y emplear a más personas. Y ello no se logra en forma espontánea, sino que hay que programarlo, hay que financiarlo y hay que desarrollarlo con eficiencia y con estímulos del Gobierno
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Libro Colección General Central Bogotá Sala General Colección General 330.1 E241e (Navegar estantería(Abre debajo)) 1 Disponible 0000000137814

1. Las necesidades de las personas ; 2. Las herramientas ; 3. Los recursos naturales ; 4. La educación ; 5. La organización ; 6. El ahorro en herramientas ; 7. El ahorro en productos ; 8. La división del trabajo ; 9. El intercambio ; 10. La actividad empresarial ; 11. Los servicios ; 12. Productores y consumidores ;13. Sectores de la producción ; 14. El sistema de producción ;15. Los centros de producción ;16. El tamaño de las empresas ; 17. El crecimiento económico ; 18. El empleo ; 19. El crecimiento de las ciudades ; 20. El producto nacional ; 21. Bienes de producción y bienes de consumo ; 22. Bienes intermedios y bienes terminados ; 23. El reparto de lo producido ; 24. El mercado ; 25. Los suministros del mercado ; 26. La ley de la oferta y la demanda ; 27. Importancia de los precios ; 28. El control de los precios ; 29. Los precios de equilibrio ; 30. El estímulo a la producción ;31. Las contradicciones sociales ; 32. La defensa del consumidor ; 33. Las exportaciones ; 34. Las importaciones ; 35. Cómo se consigue el dinero ; 36. Quien crea el dinero ; 37. El Banco Central ; 38. El dinero bancario ; 39. Significado del sistema bancario ; 40. La inflación ; 41. La ordenación de la producción ; 42. El socialismo ; 43. El Estado benefactor ; 44. Los gastos de producción ; 45. Los gastos de los centros de producción ; 46. Utilidades de las empresas ; 47. La capitalización ; 48. Formación de la renta nacional ; 49. Dineros ahorrados ;50. Los gastos del Estado ; 51. Producción y consumo ; 52. El desarrollo

Don Hernán Echavarria mantenía en vida una especial obsesión: cómo lograr mayores recursos para atender a las necesidades de nuestras gentes, no solo en alimentación, en vestido, en salud y en vivienda, sino también en servicios. En este libro trata sobre la historia de Robinson Crusoe, un pobre hombre que tuvo un naufragio en el mar y en un momento dado se encontró con la realidad de estar solo en una isla, lleno de necesidades personales insatisfechas. Por ejemplo, sintió hambre y necesitó buscar algo para comer, pero pronto entendió que buscar no era suficiente y que requería preveer cómo cultivar algunas cosas. Tuvo frío y fue necesario lograr abrigo, pero con el tiempo necesitó algo más cálido y se las ingenió para tejer una tela y protegerse igualmente de las lluvias y de las noches. Así, paso a paso atendió la urgencia de sus propias necesidades, organizó su rudimentario trabajo, improvisó algunas herramientas a fin de hacerlo de forma más eficiente, economizó en algunas cosas para lograr guardar existencias y poder disponer de tiempo para atender otros menesteres. Es decir, aprendió que las cosas no brotan de la nada, ni caen espontáneamente del cielo, sino que es preciso programar el trabajo en forma deliberada, al principio, como en su caso, un poco primitivo, para, al adquirir nuevas experiencias, lograr hacerlo en forma más eficiente y rápida. Eso mismo pasa con el desarrollo de la economía en general y con las empresas en particular. Nacen pequeñas y con el tiempo, con las economías que puedan hacer, con las utilidades y con las depreciaciones, crecen y se vuelven grandes negocios, que cada vez pueden producir más cosas y generar más empleo. Y esa producción mayor se destina a satisfacer las necesidades nuevas y crecientes de las personas o de los nuevos consumidores. Para mejorar el nivel de vida de un pueblo se requiere, pues, producir más y más cosas, más y más servicios y emplear a más personas. Y ello no se logra en forma espontánea, sino que hay que programarlo, hay que financiarlo y hay que desarrollarlo con eficiencia y con estímulos del Gobierno

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