Después de varios años, Laura decide reencontrarse con quien fue su amante. Todo parece haber quedado en el pasado: el temor de ser descubiertos, la culpa de la infidelidad, el ansia enorme de ser felices juntos… también las bombas, los secuestros, el imperio de la mafia, y el deslumbramiento de los de su clase ante el brillo de las fortunas fáciles. Pedro Luis creció en una barriada popular, lejos de los clubes y los refinamientos de la familia de Laura. Desde pequeño quiso conocer la buena vida de los ricos, sus fincas de recreo, sus casas espaciosas, sus piscinas privadas. Ahora que se ha convertido en un capo, la riqueza de aquellos a los que antes fisgoneaba desde la portería del club es poca cosa comparada con la suya. Sólo hay algo que no puede comprar: la aceptación como socio en el club Las Colinas