El lector tiene entre manos un librito que ahonda en la personalidad de dos grandes de la literatura jurídica alemana: Carl Schmitt y Ernst Forsthoff, contemplados aquí como autores - destinatario y remite - de más de trescientas cartas en las que salen a relucir sus reflexiones sobre el Derecho público, sobre los libros e investigaciones que se elaboran en las universidades, sobre las andanzas de los colegas, sobre el nacimiento y primeros pasos del tribunal constitucional, y también sobre literatura o arte.
Asimismo, y como es propio del género, aparecen muchas menudencias personales: os obsequios con que mutuamente se agasajaban, en especial los vinos las alegrías y las desgracias familiares, los viajes y descripciones d paisajes, entre ellos los de Galicia, tierra a la que solía viajar Schmitt por tener allí casada a su única hija. Resulta muy interesante seguir al Forsthoff expulsado de la universidad por su pasado nazi hasta que vuelve a su cátedra en Heidelberg y su acceso, años después, al original puesto de juez constitucional en Chipre. El autor trata de ofrecer una lectura amena y para conseguir este objetivo se ha servido, en cierta manera, del modelo teatral, tal como el lector advertirá