000 01435nab a2200181 a 4500
999 _c198558
_d198558
003 OSt
005 20200226101928.0
008 190815s2016 sp m||||r||||||0| | spa d
040 _aCO-BoUGC
_cCO-BoUGC
_d25
100 1 _aFernández-Galiano, Luis
_983357
245 1 0 _aOrdinario y mortal
_bLas huellas de la vida
_cLuis Fernández-Galiano
300 _aPágina 46 a la 47
520 1 _aLa aceptación dócil o insumisa de los límites del planeta podría ser un ejercicio intelectual que nos prepare para otra aceptación más difícil y dolorosa, la de los límites temporales de nuestra propia vida y la caducidad de nuestras obras materiales. Reconocer nuestra mortalidad, por abisal que parezca la desaparición de la conciencia individual, es con todo más fácil que reconocer la mortalidad de nuestras obras, y por tanto la de la propia arquitectura, porque nos asimos a la convicción de que dejamos huellas en el mundo, inscribiendo nuestro itinerario vital en la memoria del planeta. En un abrir y cerrar de ojos, in ictu oculi, desaparecemos nosotros, nuestras obras y nuestras huellas; pero en ese efímero pestañeo caben el esfuerzo y la desidia, el afecto y la indiferencia, la decencia y la indignidad.
650 1 7 _aArquitectura
_vFilosofía
_9166099
650 2 7 _aPensamiento y crítica
_9166100
773 0 _082148
_9373806
_o0000002031581
_x0214-1256
_aArquitectura Viva 2016 No. 189
_h2 páginas
942 _2ddc
_cART